domingo, 26 de julio de 2009

AereO escribe, Vagabundo piensa

Y asi, comienzan a danzar. En el vaiven, lo unico estático es la mirada fija en el alma del otro y el eterno gracias que jamás se expresó en palabras, pero que sí supo hacerse entender.
Entre las delicadas pausas del baile, se dan los roces discretos, las confidencias imprudentes, y el traslado incesante hacia algún lugar que conocen sin nunca haberlo encontrado.
Sonrien ante sus imprudencias y tienen cuidado en resaltar ciertas imperfecciones, para asi no tener que perseguir ni añorar un tiempo perfecto que los distraiga del disfrute de la danza.
Uno los ve bailar, pero solo ellos escuchan la música.

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