miércoles, 26 de noviembre de 2008

"Onde Estará O Meu Amor?" - Chico César & Maria Bethânia

Como esta noite findará
E o sol então rebrilhará
Estou pensando em você...
Onde estará o meu amor?
Será que vela como eu?
Será que chama como eu?
Será que pergunta por mim?
Onde estará o meu amor?
Se a voz da noite responder
Onde estou eu, onde está você
Estamos cá dentro de nós
Sós...
Se a voz da noite silenciar
Raio de sol vai me levar
Raio de sol vai lhe trazer
Onde estará o meu amor?

lunes, 17 de noviembre de 2008

Paulatina Mañana

El techo estaba demasiado alto… miraba hacia arriba para no encontrarme con tu mirada, que sabía que dormía a mi izquierda… intenté recordar una melodía que solía alegrarnos… te juro que lo intenté, pero no me acordaba de nada. El techo parecía moverse para darle paso a la lluvia, que desde afuera se hacía presente gritándole a las tejas. Me acordé de cuando pusimos esas tejas… pero vos no querías tejas… vos querías… vos querías otra cosa… perdoname, me olvidé lo que querías…
Me incomodé por un segundo, y después me volví a sentir a gusto… en la cama me volví a sentir a gusto… pero para asegurarme… si, ya se, a vos no te gusta que me asegure de todo, pero bueno, es una obsesión que tengo, no lo controlo, como vos no me controlabas a mi… ni yo a vos… en fin, para asegurarme me moví un poco sobre el colchón, muy poco para no despertarte, a penas un poco, me gustaba no verte y saber que dormías, por eso me moví poco… sin embargo, me volví a sentir incómodo… peor que antes, creo que fue porque no te habías despertado…
Aspiré, como último intento accidental de despertarte, corto y fuertemente… pero seguías ahí… quizás soñando… quizás pensando en que las tejas fueron mejor elección que… que la… me olvidé… perdón.
De pronto pensé que en realidad nunca estuve cómodo. Que en realidad siempre dormiste mal… vos, quiero decir… vos siempre dormiste mal, ¿no?... si, si me acuerdo que te quejabas de un dolor en la espalda… o en el cuello… no me acuerdo… pero por eso compramos ese colchón ortopédico que a mi no me gustaba… pero igual lo compraste… no volviste a dormir bien, pero igual lo conservamos…
Alguna ves la habremos pasado bien… no me acuerdo ahora pero… si, una vez… ¿te acordás de ese tango?... el de Piazzola… ¿era de ese? Si, era de Piazzola, que entrábamos en un comercio y yo te dije… ¿que te dije? No me acuerdo que te dije… en realidad ni me acuerdo bien del tango… o del comercio… quizás fue donde compramos las tejas… pero no creo… no, las tejas nos las trajeron… me acuerdo por que vos las recibiste… ¿o fui yo?
Cada vez estaba más incómodo… yo, yo estaba incómodo… vos estabas durmiendo, creo, porque no te escuche mientras respiraba… mientras yo respiraba digo… no te escuche…
Creo que fue ahí que me di cuenta… cuando no te escuchaba dormir… y que yo me sentía tan incómodo… creo que si, fue ahí, que vos estabas bien dormida, casi ausente, y yo incómodo… y que me había acordado tan poco de vos… de nosotros… creo que era por eso que vos habías dejado de dormir tan bien… ¿y por qué otra cosa si no? Yo siempre dormí bien en ese colchón… entonces decidí, al azar, que me iba a ir…
Algo me retuvo por lo menos… dos segundos… o minutos, que se yo, pero en ese tiempo pensé minuciosamente mi partida. Me iba a levantar muy lento… para no despertarte me iba a levantar lento… ni me iba a poner las pantuflas… ya ni sabía si las pantuflas me las habías regalado vos o esta chica morocha que vivía en caballito… no me acuerdo su nombre… la que tenía el primo en algún lugar de España… ahora no me acuerdo en que lugar… bueno, espero que te acuerdes…
Iba a agarrar la ropa que me había puesto ayer y me iba a ir a vestir al baño… y todo lo iba a hacer lento… lo iba a hacer lento para que no te despertases, pero quizá lo iba a hacer así para ver si te levantabas y me decías que no me valla, y que las tejas si te gustaban… pero no, era para no despertarte… creo…
Iba a agarrar las llaves del auto y me iba a ir derecho a la puerta para salir y cerrarla… sin llave la iba a cerrar… y después… después me iba a ir… pero, a último momento, me iba a arrepentir. No sé por qué me iba a arrepentir, pero iba a volver a la cocina, tomarme un café tibio, porque iba a estar muy apurado… aunque todo iba a ser muy lento, iba a estar muy apurado yo… es que no te quería despertar, por eso iba a ser lento, paulatino, despacio, manso, porque no te quería despertar. Iba a dejar el café, que también podría haber sido un té, aunque la infusión me hubiese llevado demasiado tiempo… no, mejor iba a ser café… Iba a dejar el café por la mitad, tomar una hoja para escribirte que no iba a volver… que si querías podías cambiar las tejas, que no me iba a importar y que yo te quería, pero vos dormías muy mal… pero no te iba a poder escribir, por que no iba a encontrar una lapicera … y a pesar de que todo era muy lento yo estaba apurado… porque no te podías levantar… por fin amanecerías sin molestias, por eso no te podías despertar… no, todavía no…
Por fin iba a tomar las llaves del auto nuevamente, y me iba a ir… pero no por adelante, mejor por atrás, porque por atrás casi nunca salía, así que mejor iba a ser por atrás.
Después de pensarlo todo minuciosamente, abrí los ojos… que en realidad no me acordaba que los había cerrado, pero los abrí… así que los debo haber cerrado… y cuando abrí los ojos, y estaba a punto de empezar con el primer paso de mi pausadísimo plan, me acordé que antes te tenía que ver… casi intento acordarme hace cuánto tiempo atrás no te veía dormir bien, pero me recordé que esa mañana no me iba a acordar mucho, así que no me preocupé.
Me di vuelta… con los ojos cerrados me di vuelta, porque creo que parpadeé, pero no me acuerdo bien… no, si, parpadeé… pero fue largo el parpadeo… me acuerdo que el parpadeo fue largo…
Ansioso por que ese eterno parpadeo terminase y pudiese ver tu plácido sueño, mientras mis ojos se abrían, pude ver que tus sábanas estaban corridas muy cuidadosamente, que la ropa que te habías puesto ayer no estaba donde debía estar, que tus pantuflas, regalo de María cuando volvió de ir a ver a su hermano a Barcelona, seguían tan frías como siempre debajo de la cama, que tu pijama yacía inmóvil en el baño, que te habías ido por la puerta de atrás y te fuiste con el auto y lo único que me dejabas era media taza de café frío en la cocina junto a una hoja blanca reluciente…
Cuando abrí los ojos del todo, me acordé que vos no querías tejas… querías losa…

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Coleccionista de Sonidos II

Recomiendo leer "El Coleccionista de Sonidos" de entradas más antiguas.
Pensamiento del Coleccionista de Sonidos:
Las palabras fueron creadas para comunicarse, y muchas de ellas, más que nada los sustantivos, para nombrar cosas. Sus significados eran destinados a ser precisos. Mesa, debía ser el significante de una mesa. Del elemento mesa. Apuntaba entonces el idioma, a crear un lenguaje de significantes universales. Sin embargo, al momento de hablar de "mesa", cada hombre pensó en una mesa diferente.
Los sustantivos más apasionantes son los nombres. Un nombre, es una palabra saturada por así decirlo. No existe un significado preciso de un nombre. No existe el elemento Micaela o el objeto Juan al cual estas palabras puedan referirse en el mundo tangible. Pero, aún así, la palabra esta saturada de significados. No hay universalidad en un nombre. Al momento de definir un nombre, al momento de descifrar el significado de éste, surgen millones de definiciones. Incluso cuando nos referimos a una misma persona a la cual el nombre hace referencia, los significados varían según quién sea el que esta definiendo a la palabra, segñun juzgue a esa persona. El nombre de la persona, puede sugerirle diferentes significados según cómo sea su trato o relación con esa persona. Un nombre puede representar desde los más profundos sentimientos hasta un cargo administrativo de una empresa, pasando por insultos o expresiones de mal augurio (Pienso en un presidente rosarino y toco madera). Así también, muchas veces el valor significativo de un nombre varía al momento de ser pronunciado o escrito. Aún así, siendo los nombres palabras tan complejas, son de las que más se usan. No solo hoy, pero desde siempre.
Podríamos definir los nombres, como palabras, de la siguiente forma: son palabras vacías, que se van llenando poco a poco. Son sacos sin fondo. ¿Qué significado habría de tener la palabra Santiago, sino hasta el día que alguien nombró al nieto de uno de esa manera? Santiago pasaría a ser una de las palabras más llenas de significados en el vocabulario de esa persona, mientras que sigue siendo una palabra vacía para muchos otros.
Mi palabra más cargada es, efectivamente, un nombre: María. Un nombre bastante común y uno de los más abusados en la humanidad. La palabra María, por sí sola, es una de las palabras que más variantes tiene. En mi búsqueda infinita de palabras y sonidos, "María" es una de las que más veces he oído y visto. Sin embargo, no hay "María" como mi "María". Tengo un cajón lleno de "María": en diferentes idiomas y con diferentes valores. Es usada tanto en hombres como en mujeres y, por supuesto, para referirse a la Virgen. Pero aún así, mi "María" sigue siendo la más cargada. La llevo apartada del resto, colgada en mis cuellos, es tan liviana que su peso me acaricia. Mi "María" esta tan cargada de significados, tan llena de definiciones, tan abarrotada de sentimientos, que no hay definición que la abarque. Basta con pronunciarla, y quien la pronuncie sentirá el peso enorme de su existencia, y cual es la diferencia de pronunciar cualquier "María" en comparación a pronunciar mi "María".
A pesar de todo su peso, a mi "María" aún la siento incompleta. Su origen nació del mero cruce de su significado hecho humanidad, hecho mujer, hace ya muchos tiempos atrás, y escuchar presentarse ante sus iguales, insignificantes a mis ojos cuando ella los atraía. Dominado por el mutismo que me rige a no ser por las palabras que reciclo, la vi alejarse mientras yo tomaba la palabra "María", que quedó flotando en el aire, brillante y cargada de significados.
Aún me falta por encontrarle muchísimos significados a mi "María". Por eso aún la busco a ella. Porque sé que ella me ayudará a descifrar el significado divino de su nombre... "María"
Los saluda cordialmente,
El Coleccionista de Sonidos.
Señoras y señores, he allí nuevamente Adrián, El Coleccionista de Sonidos.
Es un artista. Pronunciar es su arte.
Ahora me voy. El coleccionista es un personaje singular.Volverán a oir de él.
Saludos.
AereO y VagabundO.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Jack Lament's Song



“Oh, somewhere deep inside of these bones
An emptiness began to grow
There's something out there, far from my home
A longing that I've never known”

“Oh, there's an empty place in my bones
That calls out for something unknown
The fame and praise come year after year
Does nothing for these empty tears”